Vasija de barro cocido: no la pongas en la vitrina de los objetos raros. Haría un mal papel.
Su belleza está aliada al líquido que contiene y a la sed que apaga. Su belleza es corporal: la veo, la toco, la huelo, la oigo. ….No es un objeto para contemplar, sino para dar a beber…….Su belleza es inseparable de su función: son hermosos porque son útiles…..La artesanía es una mediación: sus formas no están regidas por la economía de la función sino por el placer, que siempre es un gasto y no tiene reglas. El objeto industrial no tolera lo superfluo: la artesanía se complace en los adornos. Su predilección por la decoración es una trasgresión de la utilidad…..La persistencia y la proliferación del adorno en la artesanía revelan una zona intermediaria entre la utilidad y la contemplación estética………Las cosas son placenteras porque son útiles y hermosas. La conjunción copulativa (y) define a la artesanía como la conjunción disyuntiva define al arte y a la técnica: utilidad o belleza…………Hecho con las manos, el objeto artesanal guarda impresas, real o metafóricamente, las huellas digitales del que lo hizo. Esas huellas no son la firma del artista, no son un nombre, tampoco son una marca. Son más bien una señal: la cicatriz casi borrada que conmemora la fraternidad original de los hombres. Hecho por las manos, el objeto artesanal está hecho para las manos: no sólo lo podemos ver sino que lo podemos palpar. A la obra de arte la vemos pero no la tocamos
(O.
Paz. 1973:7 a 11)