Artesanía de Comala, Colima

Comala

Juan Rulfo nos muestra un pueblo tradicional, mágico y de manos artesanas en su obra maestra "Pedro Páramo". El pueblo de Comala.

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. No dejes de ir a visitarlo -me recomendó-. Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte. Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo después que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas

Comala en náhuatl significa “lugar donde hay comales”, ubicado en el municipio del mismo nombre en el estado de Colima, sus fronteras naturales son; al norte los imponentes Volcanes, el de Fuego y el Nevado, que conforman el Parque Nacional Nevado de Colima, al oeste el Cerro Grande que forma parte de la Reserva de la Biosfera de la Sierra de Manantlán, al este el Área de Protección de Recursos Naturales de Las Huertas y la Barranca de Suchitlán y al sur el Valle de Colima, su ubicación geográfica convierte a Comala en un pueblo con una amplia diversidad ambiental que deriva en entornos y paisajes de excepcional belleza.
 
Comala posee características que le han valido reconocimiento nacional e internacional, en el aspecto natural: 4 áreas protegidas con decreto presidencial, en el ámbito cultural: fuente de inspiración para artistas de la talla del escritor Juan Rulfo, el pintor Alejandro Rangel Hidalgo y el cineasta Alberto Isaac, en cuestión histórica: la fusión entre las Culturas Prehispánicas de Occidente y los conquistadores, y en materia gastronómica: el mejor café de la región, delicioso pan recién horneado, ponche de múltiples sabores y lácteos frescos.

 
Comala es conocido desde 1962 como el Pueblo Blanco de América, recibió tal adjetivo del blanco de sus fachadas, en 1988 el Presidente de la República decretó una amplia área del pueblo como Zona de Monumentos Históricos.
 
Artesanía comalteca
 
 Las manos de sus artesanos labran madera de caoba y parota, con la que fabrican toda clase de muebles, máscaras y objetos ornamentales, también se elaboran lácteos como quesos frescos, requesón y jocoque que se comercializan por las calles cuando los habitantes salen por la tarde a la banquetas para charlar, acompañados del aroma de una humeante taza de café.


Pero también dedican su tiempo para la elaboración de máscaras para las danzas autóctonas, sombreros de palma estilo Colima, los comales, los chiquihuites y sobre todo los huaraches llamados “cactli”, distribuidos casi por todo el país.
 
El café comalteco es el mejor de la región, el cual es ampliamente reconocido en todo el país por su calidad y sabor, su variedad arábica es muy apreciada por los conocedores y por quienes degustan de este aromático producto; el complemento ideal es el recién horneado pan de Comala, que también tiene fama en todo el estado.


Por las condiciones de clima y paisajes, son miles las personas que visitan Comala, lugar reconocido por sus portales que albergan restaurantes donde se sirven comida, antojitos y las típicas botanas regionales, como el exquisito cerdo tatemado.

El ponche se prepara a base de mezcal de maguey, tuxca y frutas de la región como la granada, sin embargo, sus sabores cada vez son más innovadores, van desde tamarindo y zarzamora hasta coco y nuez; también es famoso el bate, que es una especie de atole de la fruta del chán que se sirve bien frío con piloncillo.


Pueblo de trazos mágicos
Su belleza arquitectónica es uno de sus más grandes atractivos, ejemplo de ello es la Parroquia de San Miguel Arcángel, el edificio de la Presidencia Municipal y los portales locales. Todos estos atractivos le han valido a Comala para ser nombrado Pueblo Mágico desde el 2002.


La Comala de Juan Rulfo

Pero Rulfo fue también un notable fotógrafo y un gran conocedor de la historia y la geografía de nuestro país, de tal manera que la toponimia mexicana le resultaba muy accesible, y la elección de los nombres de los lugares que aparecen en sus cuentos y novela es muestra de ello.
Pocos saben que Juan Rulfo conoció bien la Sierra Juárez de Oaxaca (una carta con su firma se produjo en la publicación de una monografía histórico-geográfica sobre la misma), donde se localiza el pueblo de San Juan Luvina, nombre que se ha hecho célebre justamente por el cuento de Rulfo.
En cuanto a Comala, lo anterior explica también la elección que hizo el autor del nombre de este lugar de Colima para bautizar el pueblo desolado de su novela.

 Originalmente pensó en llamarlo como el pueblo jalisciense de Tuxcacuesco, y algo se ha escrito sobre el tino de Rulfo al seleccionar los nombres tanto de sus personajes como de los sitios en que transcurren sus historias. Hay aquí un uso literario de la toponimia, por Rulfo, sobrepuesto a su conocimiento de la historia y la geografía mexicana. El Luvina real, de Oaxaca, en una sierra con encinos y coníferas, de clima frío y lluvioso, tiene poco que ver con el Luvina de Rulfo, pero el nombre de aquél era el mejor para el pueblo que creó en la literatura. El Comala real, de clima templado, de agradable y viva fisonomía, con casas encaladas y umbrosas huertas cafetaleras, tampoco tiene mucho que ver con el Comala de Pedro Páramo, ubicado, a la manera de un comal, “sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno”, como dice Abundio Martínez al anunciar la proximidad del pueblo a Juan Preciado, en las páginas iniciales de la novela. Aunque en la misma aparece también, en el recuerdo de Dolores Preciado, un Comala idílico, en cuyas cercanías había “la vista muy hermosa de una llanura verde, algo amarilla por el maíz maduro. Desde ese lugar se ve Comala, blanqueando la tierra, iluminándola durante la noche”.

¿Qué hizo que aquel “pueblo que huele a miel derramada”, como también lo recuerda Dolores Preciado, se convirtiera en el lugar sin vida que Abundio Martínez muestra a Juan Preciado? La novela de Juan Rulfo es una reflexión sobre las causas de esta infausta transformación, de la que son responsables, desde luego, los hombres. Nosotros. O esa parte de nosotros que Rulfo capturó en su personaje, Pedro Páramo. Como sabemos, es el cacique de la novela el origen de la muerte de Comala. Dijo Rulfo, al responder a una entrevista en que se le inquiría sobre estas cosas: “Yo no me preguntaría por qué morimos, pongamos por caso; pero sí quisiera saber qué es lo que hace tan miserable nuestra vida. Usted dirá que ese planteamiento no aparece nunca en Pedro Páramo; pero yo le digo que sí, que allí está desde el principio y que toda novela se reduce a esa sola y única pregunta: ¿dónde está la fuerza que causa nuestra miseria? Y hablo de miseria con todas sus implicaciones”.

Fuentes: http://www.colimatienemagia.com.mx/destinos/comala.html
http://www.mexicodesconocido.com.mx/comala-pueblos-magicos-de-mexico.html
http://www.mexicoproduce.mx/destinos/comala.html

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